Uno de los aspectos más importantes a la hora de decorar nuestra vivienda es escoger el tipo de suelo adecuado. En este sentido no sólo debemos tener en cuenta la estética, sino también la funcionalidad y las características de cada material. La zona de la casa, la humedad y la temperatura son otros factores claves.
Cada clase de suelo tiene sus ventajas y sus desventajas, y es apto para nosotros dependiendo de nuestras circunstancias personales. Por ejemplo, si convivimos con niños o mascotas debemos decantarnos por suelos resistentes. También hay que tener en cuenta la zona en la que vivimos y los factores ambientales.
Tipos de suelo más adecuados
Encontramos distintos tipos de suelos en el mercado. A continuación presentamos los más comunes.
Madera natural. Aporta calidez y elegancia al hogar, y es un excelente aislante, por lo que mantiene un clima cálido en invierno y fresco en verano. Sin embargo, no son adecuados para algunas estancias de la casa como la cocina o el baño, ya que la humedad hace que se hinche y deteriora notablemente su aspecto.
El mayor inconveniente de la madera es que es muy fácil de rayar y muy susceptible a la humedad, por lo que su mantenimiento no es sencillo. Por eso se recomienda utilizar suelos porcelánicos de imitación madera, que son resistentes, fáciles de limpiar y no se rayan.
-Parquet. Lo encontramos de madera natural o laminado, siendo este último más resistente que el primero. A pesar de ser fabricado con material sintético, su aspecto es casi idéntico a la madera natural, pero más económico y difícil de rayar. Además, no se ve afectado por la humedad, por lo que puede ser usado en la cocina y el baño. Por otra parte, si alguna zona fuera dañada puede ser reemplazada fácilmente.
-Moqueta. Es ideal para ganar confortabilidad, pues podemos andar descalzos por este tipo de suelo sin sentir frío ni resbalarnos. Su gran inconveniente lo encontramos en la higiene, pues cuesta mantenerlo limpio; si se derrama algún líquido, necesitaremos productos especiales y mucha paciencia para eliminarlo completamente. Por eso no es nada aconsejable para la cocina o el baño, así como para casas donde habiten personas alérgicas al polvo.
-Piedra natural. Aquí encontramos muchas variantes como mármol, cuarcita, granito, arenisca, terracota, etc. Estos suelos son muy resistentes y estéticos, y su precio suele ser elevado. Al contrario que la madera, enfría el ambiente, y requiere muy pocos cuidados; en este sentido se recomienda que el material no sea demasiado vaporoso, ya que éste acumula mayor suciedad. Aporta un aspecto rústico a hogar.
-Cerámica. Es muy utilizada en cocinas y baños, pues es fácil de limpiar, antideslizante y resistente. Su precio es asequible, y su mantenimiento sencillo. Podemos encontrar multitud de modelos en el mercado, aunque se recomiendan baldosas pequeñas si la sala es pequeña, y grandes si disponemos de un espacio amplio.
-Suelo de PVC. Este material está ganando adeptos durante los últimos años, siendo ya bastante frecuente en los hogares actuales. Puede imitar el aspecto de las baldosas, el parquet de madera y hasta el microcemento, pero es mucho más económico que todos ellos. Además es fácil de colocar y no requiere demasiado mantenimiento.
Para una información complementaria, te proponemos leer nuestro artículo «Ideas para reparar suelos dañados»
¿Qué os parecen estos consejos para elegir el tipo de suelo más adecuado?
Fuente Imágenes por Facebook Leroy Merlin
